miércoles, 14 de julio de 2010

#14 Brasil – y el gran cambio del viaje


En el primer día pasando por las calles del centro antiguo de esta grande ciudad Recife sentimos que la fama de Brasil de tener la fiesta, la música y el baile en el sangre era cierto. Sentimos una grande energía de vida, colores y la voluntad de buscar cualquier excusa para hacer un día festivo o por lo menos una noche de fiesta, extase, cachasa y la cerveza favorita Skol. Pernambuco el estado es uno de los mas pobres y con 9 millones de habitantes uno de los mas populados. Siempre intentando de comunicar con la gente mejoramos rápido nuestro Portugués y nuestros cerebros tenían hambre de aprender todo lo que se podía además el Portugués de aquí es mas fácil al de Portugal.


Aunque no era muy fácil de reciclar comida o mas bien pan, encontramos gente muy lindo que compartio con nosotros algo de comer. Las fruterías también siempre tenían restos de frutas deliciosas que pudimos comer, pero el éxito mas grande teníamos dentro de los grandes centro comerciales. Aquí en Brasil se llaman « shopping » y forman un parte importante de la vida de muchos Brasileños. Ahí en los comedores al estilo US-Americano con muchos restaurantes de comida rápida con precios casi como en Europa. En el centro estaban cientos de mesas fijado al piso, todo en orden y pareció que no
existe una cosa mejor que comer aquí tan lleno era. Como nos imaginamos ya, también aquí en un continente donde millones de Latinos no tiene suficiente para comer encontramos también platos con resto, sobre todo arroz, patatas fritas, frijoles pero también dulces y bebidas. La seguridad que protege con aparato de radio todo el arenal se da rápidamente cuenta de nosotros y nos prohibieron de continuar de reciclar la comida, así lo que sobra se fue de nuevo como en la mayoría de los Restaurantes, a la basura. Pero Brasil es tan rico de frutas que también hay muchos restos de las fruterías y así comemos piña, papaya y mangos de la basura alada de los puestos en la calle. Con la obscuridad que viene aquí ya a las 4-5 de la tarde se ve mejor que pobreza tiene Recife y nunca hemos visto tantos personas que literariamente vivían en la calle. Niños, adultos, hasta mayores de edad, muchos eran alcoholizados o con cola en botella de plástico y la mayoría tenia cartones para dormir mas confortable, no eran pocos, en unos partes cada 20m había
alguien en el piso de la calle. La desigualdad de la sociedad Brasileña era muy obvió y eso en un país que es extremamente rico de recursos, pero incapaz de educar al pueblo y distribuir la riqueza. Alado de la estación de ferrovia dormian casi 50 personas y todo alado de la policía que les deje en paz, parece que es lo mas común, hasta que parece que son felices que los pobres se quedan principalmente aquí en el centro viejo y no ahí donde viven los ricos y la clase media en cientos y cientos razga cielos justo frente al mar. Preferimos de no tentar a alguien pobre de robar y asi buscamos un lugar mas tranquilo y seguro, al final dormimos cerca de una estación de Policía donde había una calle blocada. Sin saber pasabamos los ultimos dias de nuestra aventura juntos, una vez en la noche andando por la calle encontramos al único marabalista en todo la ciudad, se llamo Hugo y estaba facinado en los semáforos a los conductures en sus coches, así podía ganar hasta 80€ al día, mucho mas que la gente gana aquí en una semana. Nos invito directamente a comer en su casa y luego nos invito su amigo a quedar en su casa. Sandra y Paulinho eran muy simpaticos y hospitalarios y era ahí donde nuestros caminos se dividieron, Nicola con la dirección a Europa para estar con su familia y su novia y Benji y yo hacia México.Todo paso muy rápido y apartir que ya era extraño de estar en dos después de tantos meses que hemos compartido, nos esperaba aun mas cambio. Hacer autostop en la ciudad y los suburbios no era fácil, así caminamos mucho y de repente en el medio de la naturaleza encontramos plátanos y mangos en los arboles. El ambiente era muy diferente a la de la ciudad y así caminando dos mujeres nos
invitaron a su pequeño pueblo. Experienciamo la hospitalidad de gente muy pobres y humildes en el campo solo 15km fuera de Recife, descubrimos la cultura Afro-Brasileña, el medio que existe aun aquí en la pequeña comunidad en forma de barras y cantados en las puertas y ventas que se sierran también durante el día. La educacion era limitado y mucha gente ni tenia la
mínima idea de distancias, geografía o otras cosas básicas. Teníamos la impresión que Brasil, que es mas grande que Europa, es un poco aislado por su tamaño y riqueza de recursos del resto del mundo. Todos del pueblo eran muy felices que nosotros, los dos primeros “gringos” vinieron a visitarles y no nos querían dejar ir en la mañana del próximo día.
Finalmente llegamos a una gasolinera con un restaurante para los docenas de conductores que esperaban aquí. Preguntamos a muchos que si van a Belem, la ciudad mas grande del delta del
Rió Amazonas, mas que 2000km al norte. Nos quedamos en el comedor de los “reyes” de la calle y reciclamos con mucho éxito las montañas de arroz y frijoles, el plato nacional de Brasil.
El ambiente no era muy agradable, mucho alcoholismo, prostitución y sobre todo un gran vació era en el aire. Estuvimos esperando tres noches y días a un camión que nos quería lleva, pero el estaba esperando a la carga y no era el único que nos prometió de llevarnos. Dormimos siempre los en el piso de un camión vació cuando en la tercera noche que supuestamente debería haber sido la ultima, Benji me despertó con las palabras: “Donde esta mi mochila?”. No solo han robado la mochila solar y la camera, pero también el portátil y la grabadora para el documental.
La policía buscaba con nosotros el camionista que hizo la fuga y como suspechamos con nuestras cosas dentro, no lo hemos encontrado pero nos trajeron al aeropuerto para hacer el anuncio. Ahí encontramos por ultima vez a nuestro hermano Nicola que iba a Europa, era el punto cuando el viaje cambio, el fin del documental, el fin del trio pero la ganas de continuar la aventura hacia México, hacia nuestro destino, aun mas ligero mental y físicamente, con nueva energía y ideas para un mundo mejor. Regresamos a la casa de nuestros queridos amigos Sandra y Paulinho que ya nos dieron hospedaje antes. Era tiempo para reflexionar, pensar nuevos caminos, cargar energía y profundizar la nuestra filosofía de la vida sin dinero, con libertad e amor en armonía con la tierra y sus terrícolas, nuestros hermanos!


El proximo articulo del viaje:

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